domingo, 4 de noviembre de 2012

QUE ENMUDEZCAN LAS CAMPANAS: HA MUERTO ANTONIO CISNEROS.


ANTONIO CISNEROS

Por: Prof. Domingo Valdez Quiroz

Su voz rebelde y su canto de abril ya no resuena más…su alma pausada, serena y jubilosa antes de morir ha de haber recorrido esas calles céntricas y estresantes de BUDAPETS, donde pasó varios inviernos luchando contra el frío triturador y la nostalgia lacerante por la patria lejana.

Esta patria que mientras más distante esté, la valoramos, queremos y extrañamos desmedidamente… se extraña el CEBICHE de peses frescos con el sabor inconfundible de la CHOZA NÁUTICA, se extraña la tranquilidad romántica y eterna del OLIVAR o del PUENTE DE LOS SUSPIROS, se extraña el sol peruano con su luz naranja frente al mar cuando agoniza la tarde, escenario perfecto para los poetas y amantes de la amada para escribir sus versos clamorosos de amor o de desamor.

Por eso un día de otoño volvió a Lima con su caja de libros y su maleta de fe, para elevar su ruidoso “CANTO CEREMONIAL AL OSO HORMIGUERO” y al regresar lo primero que hizo fue escalar hasta la cima del cerro de la cruz luminosa, quedando prendado y enamorado para siempre de la gran ciudad que pese al desorden de sus calles, con sus pirañas y el hormigueo cotidiano de las combis, es más fraternal, amigable y hospitalaria que cualquier cosmopolita y moderna capital europea.

ANTONIO CISNEROS quiso a su patria de manera límpida y manantiálica, “espero que el Perú no solo sea mi cuna si no también mi tumba”, se había confesado hace algunos años a un grupo de amigos en sus noches de tertulia en el GIORDANO… CISNEROS lo tenía bien claro que a fin y al cabo somos simplemente polvo y existencia efímera; por eso, sus restos han sido cremados el pasado domingo siete, en el Campo Santo JARDINES DE LA PAZ, cumpliendo con sus deseos de cobijarse para siempre en las entrañas de su patria.

“Porque fui muerto y soy resucitado / llueve entre duraznos y las peras / loado sea el nombre del Señor / porque estuve perdido peor que grano de arena en Punta Negra”, fragmento del poemario EL LIBRO DE DIOS Y DE LOS HÚNGAROS, no es más que una pincelada de fe, pura y virginal que se eleva hacia a Dios como frágil cometa que vence a los aires desde la colina del Soldado Desconocido de Chorrillos.

Su voz se ha quebrado para siempre, el OSO HORMIGUERO debe estar abrumado de tristeza, porque no habrá quien le dedique su canto ceremonial, sabíamos que su salud estaba un tanto resquebrajada… esta vez como diría OSWALDO REYNOSO, en “OCTUBRE NO SE HIZO EL MILAGRO” la enfermedad y la muerte han truncado su vida y sus sueños, en esta hora en que estoy terminando de escribir este artículo seguramente TOÑO CISNEROS estará hablando a solas, creando sus versos, hilvanando los retazos de su nostalgia entre los floridos extramuros de la eternidad.

-       QUE ENMUDEZCAN POR UN INSTANTE LAS CAMPANAS
-       QUE LAS AVES SILENCIEN SUS TRINOS,…
-       QUE LAS OLAS DEL MAR DETENGAN SU VAIVÉN…
 ¡HA MUERTO ANTONIO CISNEROS!
Chepén, octubre del 2012.

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